La leche perfecta es la materna, eso lo sabemos todos.
Pero en ocasiones, por distintas circunstancias, no es posible acceder a ella.
En estas situaciones, las familias buscan “la mejor leche”. Si en el mercado hay distintas marcas y distintas fórmulas es porque no existe “la mejor leche”. Existe la mejor leche para Anxo, para Jimena, para Uxía, para Pablo, para Carlos, para Irene… Cada bebé tiene sus circunstancias, y lo que vale para uno, puede que no valga para otro.
Ejemplo: Lo habitual es comprar la que un conocido les ha recomendado. Pero comienzan a notar que se pone rojo al hacer caca. Otra persona les recomienda cambiar a una leche “AE” (antiestreñimiento). La leche antiestreñimiento suele tener más contenido en lactosa para estimular el tránsito intestinal. Consecuencia: las digestiones pueden ser más pesadas.
Como parece que está más molesto, cambian a una “AC” (anticólicos), que lo que hace es disminuir el contenido en lactosa. Consecuencia: ahora si que está estreñido.
Además regurgita… vamos a probar con una “AR” (antireflujo), que es más espesa.
Ahora está aún más estreñido. Probamos entonces con una “PH” (parcialmente hidrolizada) por si tiene alguna intolerancia, pero vemos que hace muchas más cacas y más líquidas. Como veníamos de estar estreñidos, nos preocupamos y pensamos que le está sentando mal… y volvemos a empezar otra vez.
Este ejemplo se ve con frecuencia en la consulta. Padres y madres que vienen de múltiples cambios de leche, y en los que ya no sabemos cual es el problema inicial del niño, al estar su sistema gastrointestinal sometido a tantos vaivenes.
¿Cuál es nuestro acercamiento?
Si está estreñido primero comprobamos que realmente esté estreñido. Un niño que realiza deposiciones blandas / líquidas cada 3-4 días no está estreñido. Un bebé que realiza una deposición dura todos los días sí está estreñido. El ponerse rojo para hacer caca no es estar estreñido… ¡prueba a hacer caca acostado! (no es nada fácil). Si realmente es un estreñimiento, tratamos ese estreñimiento intentando no cambiar la leche.
Si regurgita primero valoramos si está tomando demasiada leche, o si las tomas son muy frecuentes, o si puede existir una intolerancia. Si es un reflujo gastroesofágico significativo, tratamos ese reflujo.
Si tiene cólicos primero vemos que realmente sean cólicos. Cólicos = 2-3 horas de llanto inconsolable continuo a última hora de día, a partir de las 2-3 semanas de vida, más 3-5 días por semana. Si son cólicos realmente, intentamos ver las circunstancias que pueden precipitarlos (cesárea, exposición a antibióticos en el nacimiento, bajo peso, prematuridad…) y valoramos qué tratamientos pueden mejorar la sintomatología.