Si y no. Hay un grupo de niños (3% según algunos estudios) en los que en el transcurso de un ascenso rápido de la temperatura corporal pueden presentar una crisis convulsiva de breve duración.
Este tipo de proceso, denominado convulsión febril simple, se considera benigno y autolimitado. No suele tener trascendencia de cara al desarrollo del niño, ni suele suponer ningún peligro si se sabe cómo actuar en ese momento. Tienden a desaparecer a partir de los 3-4 años sin consecuencias.
Para el resto de los niños que no tienen este problema, la fiebre no causa convulsiones. Una excepción sería si la infección que causa la fiebre tiene su origen en el Sistema Nervioso Central (encefalitis, meningitis…).
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