Amado Clínica Pediátrica

Cuatro consejos rápidos para niños que no comen bien

Recomendaciones generales rápidas de alimentación

1- Comed toda la familia junta si es posible.

El hecho de ver que sus padres o hermanos también están comiendo disminuye las ganas de estar haciendo otras cosas. ¡Comer solo es muy aburrido! Si es aburrido para nosotros, mucho más para un niño. Los bebés además tienden a imitar lo que hacen “los mayores”, aprovecha esto para que él vaya siendo cada vez más independiente y tome la iniciativa a la hora de comer.  

2- Limita el tiempo de comidas a 20-30 minutos.

Una comida no se puede convertir en un suplicio de 2 horas. Lo ideal es poner un tiempo tope, una vez rebasado este tiempo, se retira el plato. El hecho de proceder esta manera previene frente a que se solapen comidas (por ejemplo, la comida con la merienda) y evita el “síndrome del niño que nunca tiene hambre”. Para poder tener hambre / ganas de comer, tiene que haber un período previo de ayuno. Además de esta manera, el niño se acostumbra a que no tiene un tiempo ilimitado para “enredar” con la comida.

3- Evita distracciones (no tv, ni tablets).

Los niños tienen que ser conscientes de que están comiendo. Su cerebro tiene que asimilar esta información. Si nosotros los “zombificamos” delante de una pantalla electrónica, simplemente están engullendo de una manera mecánica, pero no son conscientes del proceso. Esto derivará en problemas con la comida en el futuro. Las pantallas electrónicas (de cualquier tipo) no son recomendables en las comidas, se deben evitar (cuanto más pequeño el niño, más aplicable). En bebés que toman biberón, tampoco es nada recomendable dárselo cuando está dormido.

4- Realiza cuatro o cinco comidas al día bebiendo por el medio solo agua.

Es necesario evitar el “picoteo”. Tenemos muchas tentaciones de darle alimentos con una elevada palatabilidad (es decir, muy ricos), a lo largo del día. No es bueno que un niño se acostumbre a este tipo de sabores, porque luego demandará sabores similares en las comidas. Tenemos que “acostumbrarlo” primero a los sabores de los alimentos que “son buenos”. ¡Ya sabemos que las galletas, pan, los “aspitos” o los zumos los va a tomar bien! Debemos centrarnos en vegetales, carne, pescado… evitando todo lo anterior.

¿Y si lo anterior no funciona? ¿Cómo saber que no existe un problema médico?

Estos consejos que te hemos dado, se aplican después de descartar que el niño no tiene problemas médicos que condicionen una falta de apetito.

Ejemplos de condiciones médicas que cursan con falta de apetito: enfermedad celiaca, alergias alimentarias, infecciones por una bacteria llamada Helicobacteri Pylori, problemas de tiroides…

En la clínica intentamos descartar este tipo de enfermedades a través de tests de diagnóstico rápido, adaptados a niños (y a familias que quieren una solución rápida). Contamos con tests que estudian todas las condiciones que hemos enumerado, entre otras.

¿Qué ventajas tienen este tipo de tests?

  • En el momento. Se realizan en el momento de la consulta, no te vamos a citar para otro día.
  • Adaptados a niños. Tan sólo necesitamos unas gotitas de sangre extraídas del pulpejo del dedo mientras están viendo la “tablet” (el niño no lo pasa tan mal como en las analíticas que se extraen “de la vena”).
  • Rápidos. Los resultados tardan 10-15 minutos, con lo cual evitamos la espera para saber que es lo que está pasando.
  • Todo en una sola consulta: nos cuentas cuál es el problema, realizamos la exploración, indicamos las pruebas, la realizamos, obtenemos los resultados y decidimos el mejor tratamiento.
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