Debemos afrontarlo sin tapujos, el momento de la vacunación es desagradable para niños y padres, independientemente de los indudables beneficios de esta estrategia de salud. Se trata de un procedimiento rápido y escasamente doloroso, pero que es percibido por padres y niños como algo “traumático”, especialmente en el caso de bebés de corta edad.
Llegado a este punto… ¿hay alguna solución que no pase por utilizar medicamentos? Pues si. Existen distintas estrategias “no farmacológicas” de manejo del dolor. ¿Por qué preferimos estrategias no farmacológicas a las farmacológicas? Porque la administración profiláctica de antitérmicos y antiinflamatorios (= “dale el apiretal por si acaso después de la vacuna”) puede influir en la respuesta de algunas ellas, por lo que no se recomienda su administración de rutina salvo en casos puntuales.
Vamos a explicarte dos tipos de recursos que utilizamos en nuestra clínica: maniobras de distracción y analgesia no farmacológica.
1- Distracción: debemos intentar que el niño / bebé esté lo más cómodo posible, intentando que se sienta confortable con sus padres al lado, transmitiéndole confianza. La mayor parte de las veces, especialmente en el caso de niños mayores, el miedo anticipatorio a las vacunas genera más ansiedad que el pinchazo en si, por lo que debemos tratar de minimizar este miedo. Debemos mantenernos firmes, infundiendo confianza, pero intentando que el niño no se centre exclusivamente en el procedimiento. Esta actitud “ansiosa” disminuye el umbral del dolor y hace que perciba el pinchazo como aún más doloroso. En este sentido, se ha demostrado la utilidad del uso de “dibujos animados”, que tanto gustan a los niños para conseguir este fin. Existen estudios que demuestran que si el niño está distraído viendo sus dibujos favoritos, aumenta el umbral del dolor y por tanto perciben el procedimiento como menos doloroso. En el mundo actual, con la proliferación de pantallas planas, tablets y dispositivos electrónicos de bolsillo, parece sensato contar con alguno de estos recursos en la consulta médica para poder disminuir la ansiedad, y consecuentemente que el niño perciba el procedimiento como menos doloroso. Acordaos, estos es interesante para este procedimiento en particular, pero no es generalizable.
2- En cuanto a la analgesia no farmacológica: en niños con lactancia materna, la propia lactancia materna funciona como analgésico. También utilizamos preparados médicos de sacarosa (azúcar) que controlan adecuadamente y con rapidez el dolor en niños pequeños, especialmente en recién nacidos (en el caso de que no reciban lactancia materna).
En resumen: Más teta / piruleta, y menos apiretal.
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