Amado Clínica Pediátrica

¿Cómo saber si un niño puede ser celiaco?

La celiaquía es una intolerancia digestiva permanente a ciertos cereales.

 

Se debe a la reacción del organismo ante unas proteínas que forman parte del gluten. El gluten se encuentra en cereales como el trigo, la cebada y el centeno. Si nuestro sistema de defensa reacciona ante esas proteínas, se produce una inflamación del intestino que, con el tiempo, puede llegar a afectar a otros órganos. Es, por tanto, una enfermedad autoinmune (el organismo se “autoataca”).

 

La enfermedad celiaca no es hereditaria, esto quiere decir que el hecho de que uno de los dos padres sea celiaco no quiere decir que su hijo necesariamente los sea. Lo que si existe es una predisposición genética a padecerla. Por eso, es más frecuente en familias donde ya hay algún caso. Se calcula que en España afecta a 1 de cada 100 personas, aunque muchos casos no se llegan a diagnosticar.

 

También influyen factores externos como la edad de introducción del gluten en la alimentación complementaria de los bebés.

 

¿Cuáles son los síntomas?

 

Los niños más pequeños suelen debutar en forma de diarrea prolongada, barriga hinchada, pérdida de apetito y de peso, ánimo triste o irritable y desnutrición.

 

En niños mayores y adultos a menudo tienen menos manifestaciones y más leves, como falta de hierro, pérdida de apetito, talla baja, dolor abdominal, llagas en la boca o dolores articulares. En la piel es muy característica una erupción llamada dermatitis herpetiforme.

 

También existen formas silentes, en las que la enfermedad está presente en el intestino pero sin apreciarse síntomas significativos. En nuestra clínica hemos visto casos de estreñimiento rebelde al tratamiento, retrasos del lenguaje o cefaleas persistentes que tenían como causa principal una celiaquía no diagnosticada.

 

Cuando se sospecha la enfermedad el siguiente paso suele ser un análisis de sangre que incluya la detección en el suero (serología) de los anticuerpos propios de la celiaquía. En nuestra clínica, para evitar tener que realizar una venopunción (analítica convencional) contamos con tests de diagnóstico rápido (TDR). La ventaja de estos tests es que se realizan en el momento de la consulta. Tan solo necesitan unas gotitas de sangre (se pueden obtener del pulpejo del dedo, sin necesidad de pinchar una vena). Los resultados son inmediatos. En estos tests de diagnóstico rápido analizamos los dos autoanticuerpos que están elevados con más frecuencia en la celiaquía. Estos son los antitransglutaminasa y los antigliadina (muy útiles en niños más pequeños).

 

En los casos más típicos esto puede ser suficiente, pero en muchas ocasiones sigue siendo necesario realizar, además, una biopsia intestinal para confirmar el diagnóstico. La biopsia consiste en obtener una pequeña muestra de la superficie del intestino para poder estudiarla al microscopio.

 

Cuando se diagnostica un caso dentro de una familia es recomendable estudiar también a los hermanos, padres e hijos –si los hay– de la persona diagnosticada, ya que es frecuente que haya alguien más con la enfermedad. Lo mismo de antes: nuestro acercamiento a esto es realizar tests de diagnóstico rápido, para evitar una engorrosa analítica.

 

El único tratamiento eficaz es mantener una dieta sin gluten durante toda la vida. La enfermedad no se cura, pero la dieta consigue que sus síntomas desaparezcan y disminuye el riesgo de que surjan otros problemas autoinmunes relacionados como la diabetes, la tiroiditis y algunos tipos de cáncer.

 

Los celiacos no deben comer los cereales implicados en esta enfermedad: trigo, cebada, centeno, avena (existen dudas en cuanto a la importancia de la avena), pero sí pueden tomar otros cereales como el maíz o el arroz. Por otro lado, pueden consumir sin ningún problema leche y derivados naturales, carnes y pescados (sin rebozar), huevos, frutas, verduras, legumbres, patatas, soja, aceite y azúcar. En el caso de alimentos procesados o industriales, el gluten se utiliza con frecuencia como aditivo y por eso es preciso recurrir a certificados del tipo de “sin gluten” y por eso, cuando se es celiaco, es muy importante revisar siempre los envases para conocer los ingredientes y buscar productos con la certificación “sin gluten”. En este sentido, Mercadona creemos que tiene el etiquetado más completo.

 

La contaminación con pequeñas cantidades de gluten puede ser suficiente para reactivar la enfermedad. Esto obliga a ser cuidadosos a la hora de cocinar, utilizando recipientes y espacios separados para los platos que vayan a consumir los celiacos.

 

Las familias nos pregunta mucho como pueden prevenir esta enfermedad. El momento de introducir cereales con gluten en la alimentación complementaria de los bebés es uno de los factores que puede influir en la aparición de la enfermedad celiaca. No debe hacerse antes de los 4 meses de edad, y no se recomienda ofrecer grandes cantidades durante los primeros meses tras su introducción.

 

Adaptado de https://enfamilia.aeped.es/temas-salud/enfermedad-celiaca

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