Amado Clínica Pediátrica

¿Cuándo quitar el chupete?

Ya. Ahora mismo mientras puedas.

Fin del post. A otra cosa.

 

Va, venga… lo desarrollamos un poco más.

 

No vamos a hablar de por qué hemos empezado con el chupete, ni de si es bueno o malo (eso daría para un post entero, tema polémico). Pero sí podemos responder con garantías a esta pregunta: ¿El uso sin restricciones del chupete en bebés sanos, a término y exclusivamente alimentados con leche materna disminuye la duración de la lactancia materna?

Respuesta basada en la evidencia: En los lactantes sanos, existe evidencia moderada de que el uso sin restricciones del chupete, iniciado al nacer o después de la lactancia, no disminuye la probabilidad de continuación de la lactancia materna exclusiva o parcial hasta los cuatro meses de edad. (Fortaleza de Recomendación: A, basada en dos ensayos controlados aleatorios de calidad [ECA] que conducen a la opinión favorable de la Biblioteca Cochrane).

Explicación: En medicina, todo lo que dice “la Cochrane” suele ir a misa, y si tiene recomendación “A” más aún. ¿Por qué? Por esto.

 

También hay estudios que demuestran que restringir los chupetes durante la hospitalización del recién nacido se asocia con la disminución de la lactancia materna exclusiva, el aumento de la alimentación con fórmula suplementaria y el aumento de la alimentación exclusiva con fórmula.

 

Por tanto: no eres #malamadre por haberle dado chupete. Ha sido tu elección, después de informarte, y la evidencia nos dice que no tiene que ser malo por el bebé.

 

Pero vamos al tema: tengo un niño con chupete y no sé ni cómo ni cuándo (ni por qué) retirarlo. HELP ME.

 

No hay una fórmula mágica ni universal (cómo suele ocurrir con casi todo en pediatría). Lo que tiene que haber es una determinación firme de que ha llegado el momento en el que puede volar solo (sin chupete). En nuestros controles de salud, conforme se va acercando el año de vida, vamos preparando a las familias a hacerse a la idea de que hay que ir retirándolo. ¿Por qué? Porque es mucho más fácil cambiar un hábito por debajo del año de vida que después. Primero lo utilizamos solo en situaciones determinadas (dolor, disconfort, rutina de sueño…), posteriormente solo para la rutina de sueño, hasta que un día, si vemos la oportunidad, lo retiramos definitivamente.

¿Cuál es esa oportunidad? Pues esa oportunidad puede ser el inicio de la guardería / colegio, un cumpleaños, un viaje… y siempre intentando establecer una historia / cuento que justifique ese cambio de hábito y que les ayude a realizar esa transición.

En los países nórdicos utilizan el “dummy tree” para esta función. Es un árbol donde todos los niños, llegado a una edad, dejan su chupete siguiendo un ritual. Si habéis estado en Noruega, Dinamarca, Suecia… seguro que os ha llamado la atención los árboles llenos de chupetes colgados de las ramas.

¡Anda que no tenemos árboles en Galicia para colgar chupetes si queremos!

 

Mensaje para llevarse: es muy difícil cambiar hábitos a partir de los 2-3 años (si no imposible). Hay que intentar modificar determinados hábitos entre el año y los 2 años, y preferiblemente llegando al año. Esto es aplicable al chupete, pero también a la alimentación (texturas, variedad de alimentos) o sueño (rutinas de sueño anómalas, despertares frecuentes…).

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